Entrevista a Fabrizio Copano: "Hay que ser demente o tener negociados para estar en contra de la Educación Gratuita"

19.08.2011 01:56
"Fue a un colegio aspiracional de La Florida donde le dijeron que si no le iba bien en la PSU sería pobre. 
Estudió un par de años Literatura en la Diego Portales, pero se salió porque su trabajo en televisión no le daba tiempo para ir a clases.
Aunque hizo toda su carrera sin la necesidad de graduarse de Universidad, sabe que la Educación es fundamental para realizar los cambios que el país necesita y por eso se declara un ferviente admirador de la lucha que ha dado el Movimiento Estudiantil.
Cree que el humor es un arma muy potente para crear conciencia, aún cuando él sólo hace chistes porque es lo que más le gusta en la vida. De eso y mucho más, con ustedes: Fabrizio Copano."

 

Por: Sebastián Flores. 

De: Bello Público.

Fabrizio Copano se sienta a tomar una taza de té en un local del Paseo Las Palmas. Dice que rara vez tiene tiempo en la semana, pero hoy le dieron la tarde libre por lo que, además de aprovechar de ver a Isadora, su polola que lo acompaña, accede a esta entrevista.

Este escaso tiempo libre fue el mismo que le impidió terminar una carrera universitaria. Toda su jornada se va entre la transmisión del programa “La Súpercarretera” –que conduce en las mañanas en Radio Horizonte- y en las grabaciones de “El Club de la Comedia” -donde además es uno de los principales guionistas-. Son los costos de haber optado por el otro camino, el de no seguir la senda de la educación superior. Por eso se siente desarraigado de esta generación: comenzó a trabajar con gente adulta, a triunfar en el mundo televisivo y a relacionarse poco con personas de su edad. “Por eso para mí haber actuado en el frontis de la Casa Central de la Chile fue algo súper entretenido, porque es cachar que hay gente de mi edad a la que también le interesan las cosas que pasan”.

¿Qué opinái del movimiento estudiantil que hemos vivido durante los últimos meses?

A mí me agrada mucho. Siento que en los ’90 estaba este mismo deseo, pero reprimido por la buena onda a la Concertación que había sacado al dictador. Entonces estas mismas quejas las tenían en esos años, pero no hacían nada. Creo que esta generación es sobre todo valiente y eso a mí me causa mucha alegría. Es mucho mejor estar en un país donde se están moviendo las cosas que en el Chile de los 2000 donde eran los mismos sentimientos, pero reprimidos. Donde a la gente se la cagaban todos los días pero seguía ahí, en la misma…

Es que había hartos malls donde ir a comprar.

Pero siguen estando los mismos malls. Lo que pasa es que ya fueron al mall, y no podí ir mil veces, te terminai aburriendo.

Además se les acabó el cupo en la tarjeta y empezaron a cobrar las deudas.

El sistema está diseñado por el padre de todo los males que es Jaime Guzmán. Pinochet sólo era un bobo que lo mandaban al frente y, como era medio estúpido, tenía ese afán de figurar. Pero el verdadero cerebro era Jaime Guzmán, y su hijo político es Pablo Longueira, que es ahora ministro de Economía. A mí me parece increíble, porque en países como Argentina gente como Longueira no podría salir a la calle. Yo he estado en restaurants donde hay personas relacionadas a la dictadura y la gente se para y se va. Nadie se sienta en un mismo restaurant donde haya una persona que apoyó o cometió crímenes contra sus compatriotas o contra cualquier ser humano.

Pero más allá de eso, hubo 20 años donde se podrían haber hecho cosas y no se hicieron.

Entiendo que la Concertación en un momento haya tenido que ser pasiva y dejar que los empresarios hicieran lo que quisieran, porque ellos tenían planeado un boicot después de la Dictadura. Pero no crearon un punto de inflexión, que debió haber sido alrededor del gobierno de Lagos. Y en vez de aplicar lo que supuestamente pensaban como socialistas, empezaron a hacerle cariño a los empresarios y a hacerse amigos de ellos. Y los mismos empresarios fueron muy inteligentes: les dieron espacio, metieron a sus hijos en los mismos colegios, fueron a las mismas reuniones sociales. En esa mescolanza se perdió cuál era la derecha y cuál la izquierda, por eso los últimos años de la Concertación fueron tan catastróficos. Piñera recibe toda esta bomba que estaba a punto de explotar, y como él era representante de la clase empresarial y más encima se rodeó de gente que estuvo en el pinochetismo más acérrimo, la explosión tenía que suceder. Y eso a mí me pone muy contento.

                                                                                               

EL ÚLTIMO IPAD

Fabrizio estudió en el Colegio Alcántara Cordillera de La Florida. Ahí le enseñaban que el único camino posible al éxito era la universidad. “Pero yo en IIIº medio ya tenía la personal convicción de que uno podía hacerle la finta al sistema y hacer lo que uno quería a través de otros métodos. El fantasma de la obligatoriedad del título siempre me ha molestado”.

En una columna del The Clinic dijiste que el título universitario es como tener el último iPad.

En este momento sí. Puta, tengo compañeros que de verdad son unos ineptos y están camino al título. Obviamente un título de la Católica es distinto y tiene otro valor que uno de la Finis Terrae, pero finalmente todos son profesionales. Yo me empecé a cuestionar el valor de los títulos desde bien chico, porque se dice que tú no eres tan valioso sin un título universitario, que curiosamente es cada vez menos valioso. Ahora, a mí igual me ha ido bien sin la necesidad de terminar la universidad, pero la verdad es que las posibilidades que se me han dado son súper raras, por lo que entiendo perfectamente la necesidad de mucha gente por un título.

¿Le veí algún futuro a las demandas del movimiento? En estos momentos es difícil saber cómo va a terminar todo.

Lo bueno del movimiento es que ha sido bien inflexible dentro de todo. Ahora el gobierno está haciendo todo lo posible por desarmarlo e incluso algunos mismos estudiantes. ¿Hay cachao cuando viene una prueba y te organizai con tus compañeros y decí “no hagamos ninguno la prueba”? Siempre hay un compañero de curso de mierda que dice “no, yo la voy a dar porque en la prueba me tiene que ir bien o si no se van a enojar mis papás”. Ese hueón ha cagado todos los movimientos sociales y de cambio en este país. Y ese hueón de mierda se va a organizar con otros hueones de mierda que piensen lo mismo y van a intentar hacer sucumbir el movimiento diciendo “estamos perdiendo mucho tiempo, nuestra vida es muy corta y no queremos perder más clases”. Ese el enemigo interno, el otro es el cansancio o lo largo que ha sido.

¿Y cuál es la forma de dar una salida positiva para los estudiantes?

Creo que se necesita una gran convocatoria y, lo que es aún más importante para el éxito de este movimiento, es traer a otros gremios y generar una especie de movimiento como el de “Los Indignados” en España. En vez de estar perdiendo por el lado de la educación, traer a otros sectores y a pesar de que el mensaje pueda ser más difuso, vai a tener un movimiento popular que ya no va a depender sólo de estos hueones pencas que quieren sacarse un 7.0 en la prueba coeficiente dos. Ahí vai a tener al transporte, a la minería y a la salud. La gente de verdad se uniría en una causa común.

La cosa es lograr que a la gente le hagan sentido las demandas de los estudiantes.

Yo creo que a la gente hoy le hacen mucho sentido las demandas. La educación gratuita es una causa demasiado noble, hay que ser demente o tener negociados para estar en contra. ¿Quién no quiere que sus hijos se eduquen gratuitamente y con calidad? Es una petición demasiada honesta. Ahora, están los técnicos que dicen que esto no se puede por una cosa o por otra, pero hay países que lo hacen la raja y solamente por una cuestión de voluntad. Hay otras cosas que son inadmisibles y que aquí funcionan perfectamente, como los retails y leyes laborales que son asquerosas. Hay muchos sectores de la sociedad que están muy enojados, y con eso el movimiento va a ganar fuerza. Con la educación como punto de lanza y detrás de ella todas las otras fuerzas sociales que hay, el movimiento ganaría mucho.

 

EL HUMOR ES MÁS FUERTE

Aunque ha pasado por casi todas las pegas que se pueden realizar en el mundo audiovisual, Fabrizio se define como un comediante. Por lo mismo, cree firmemente que el humor es una poderosa arma para crear conciencia entre la gente.

Tú dijiste una vez que la manera más efectiva para explicar de qué se tratan las demandas del pueblo mapuche es a través de 10 chistes. ¿A qué te referiái con eso?

Siempre ha habido esta sensación de que uno tiene que separar lo “serio” de lo “chistoso”. Cuando se habla en serio no se puede hacer algo cómico. Y en realidad se pueden decir cosas súper fuertes en 15 chistes que van a penetrar más, se va a entender mucho mejor y la gente te va a tomar atención. “Tolerancia 0” es una lata, a pesar de que es influyente, no marca nada. La gente a esa hora está viendo cualquier tontera. Pero ponte tú, si yo en un monólogo de “El Club de la Comedia”, que está marcando 23 puntos de rating, logro decir tres hueás de lo que pienso respecto al gobierno de Piñera, puta, eso va a tener un impacto mucho mayor que lo que diga Villegas durante 20 minutos.

¿Tan poderoso es el humor?

La oportunidad de decir las cosas a través del humor es dantesca. Y, por lo mismo, creo que no hay que separar el mensaje del chiste. El mensaje solo me parece muy latero y medio pomposo. En cambio el mensaje a través del chiste está suavizado, la gente se ríe y después puede comprender lo que uno quiere decir, puede estar de acuerdo o no, pero en su momento igual le provocó una reacción física que está más allá de la opinión abstracta del filósofo clásico. Mi visión es que se puede hacer un chiste de todo. El único límite del humor es lo fome. Cuando dicen “ah, ese chiste es de mal gusto, no me hizo reír” es porque es fome. En cambio, si hubiera sido de mal gusto, pero te hubiera hecho reír, igual lo hubierai pasado.

¿Hai tenido censura editorial en Chilevisión? ¿O tú te autocensurai porque sabí que algo no te lo van a dejar pasar?

¿Sabí lo que hago? Este es mi truco personal contra la censura: decirlo de una forma en que entiendan los que yo quiero que entiendan y que los demás tengan un chiste tan efectivo que no se pueda cortar. Me explico: casi siempre cuando hago un monólogo intento mezclar hueás que de verdad quiero decir con chistes efectivos y de repente hasta soeces, pero donde el gran público se va a reír. Porque en el fondo a los canales les importa sólo el rating, el verdadero Dios de los canales –y de cualquier canal- es la plata, no es la ideología. Lo único que quieren es ganar más plata. Y si mañana la izquierda ganara más plata, se irían a la izquierda corriendo. Si tú les dai plata, te dejan decir lo que quieras. Cuando no les dai plata, te empiezan a mirar feo. Cuando ya no les dai ni un peso, te mandan a cagar.

O sea, el mercado da espacio para discursos en su contra si les generan ganancias.

Una vez Michael Moore explicaba por qué sus documentales están financiados por Miramax, que es de Disney, si Disney es el enemigo de todo lo que él dice. Y explica que los millonarios son tan ambiciosos que son capaces de venderte la soga que les vai a poner en el cuello, son capaces de venderte la pistola con que les vai a disparar. Yo creo que hay que aprovechar eso. Por ejemplo, el discurso que tiene Residente de Calle 13…

¿”Adidas no me usa, yo estoy usando a Adidas”?

Me parece súper sensato, porque en este momento de la historia los malos ya ganaron hace rato. Uno lo que tiene que hacer es ocupar los elementos que te da la forma en que opera el mercado, y con esos elementos intentar pasar los goles. De repente hago monólogos sobre el conflicto educacional y digo dos hueás sobre Angie Alvarado. Y sé que eso va a hacer que salga al aire. Ahí saltan giles que dicen que hablo de farándula. No, hueón. Estoy siendo más inteligente, jugando dentro del juego, haciendo lo que me gusta, diciendo lo que quiero decir y siendo eficiente dentro de sus esquemas. Tú tení que saber ocupar los medios a tu favor y no al revés.